El trofeo del Movistar Chile Open no solo es un reconocimiento físico al mejor jugador del torneo, sino es una alegoría simbólica de dos de las características más importantes de nuestro país.
El galardón está fabricado en cobre. Este metal está íntimamente vinculado con la historia nacional, ya que es el principal producto de exportación del país y, en paralelo, Chile es el principal exportador de cobre del mundo. Cada año, nuestro país embarca cerca de cinco millones de toneladas al mundo.
El diseño del trofeo emula también la cordillera de Los Andes, el cordón montañoso que es el telón de fondo de la ciudad de Santiago, y que tiene una cercanía aún mayor con la comuna de Las Condes, la zona oriental de la capital chilena en la que se emplaza el complejo San Carlos de Apoquindo, donde se juega el torneo.
De hecho, la cancha principal está a una altura de 980 metros sobre el nivel del mar, siendo el torneo ATP sudamericano (250 o 500) que se disputa a mayor altura.